Un espacio que cambia de uso (oficina a viviendas) en un edificio de viviendas, se transforma en dos viviendas de 90 m2 a las que se quiere equipar con el mobiliario de cocina completo incluido electrodomésticos. Las dos viviendas son simétricas con la misma superficie y distribución, por lo que las cocinas se resolvieron de la misma manera.
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Debido a las condiciones de situación y luz natural del espacio se optó por una cocina abierta al salón con una península que actuara de mesa de trabajo y eventualmente como mesa para comidas informales.
En la zona de la encimera de trabajo se creó un hueco de luz apaisado que da al patio comunal, organizando los muebles arriba y abajo de éste, creando un efecto de luz natural atractivo y práctico, al tiempo que la propia carpintería actúa como protector de la pared para la encimera.